Queridos
hermanos.
Durante
los días 24 al 30 de marzo del presente año 2014 hemos tenido un acontecimiento
de gracia en nuestra parroquia: la visita pastoral de nuestros obispos D. Juan
José y D. Santiago.
La
presencia de D. Santiago ha sido para nosotros un impulso en nuestra tarea
evangelizadora. Se ha encontrado con todos los grupos parroquiales y ha
celebrado la eucaristía con nosotros y hemos sentido la cercanía y el afecto de
nuestros pastores hacia nuestra parroquia.
A la vez,
esta visita pastoral, nos ha servido para saber “dónde estamos” a través de las
reflexiones hechas durante toda la semana y para que siguiendo las
exhortaciones de nuestro obispo auxiliar y posteriormente las de nuestro
arzobispo, seamos capaces de ser más y mejores evangelizadores en las tareas
que nos ha encomendado la Iglesia.
Los niños
de la catequesis de infancia y sus padres, los adolescentes de los grupos de
Betania, los jóvenes de los grupos de Emaús, los catequistas, el Consejo
Económico Parroquial, los profesores de religión, el grupo de Cáritas, el
equipo de Pastoral de la Salud y la Asociación Cristo San Miguel y yo mismo
como párroco hemos compartido con nuestros pastores, desde la caridad fraterna, nuestra realidad como
parroquia.
El pasado
viernes 23 el Sr. Arzobispo nos recibió en el Palacio Arzobispal a un grupo de
representantes de nuestra parroquia y nos felicitó por el trabajo que estamos
realizando. Fue pasando una a una por nuestras realidades pastorales y nos
animó a seguir fortaleciéndonos en la fe, insistiendo en la unidad entre
nosotros y en la comunión con la Iglesia, a seguir trabajando en la parroquia
como familia en la fe.
Síntesis de la visita pastoral de nuestros obispos Santiago y Juan José
A los padres: El valor de la fe para la vida de
sus hijos; conocer el amor de Dios como fuente de sentido para su vida futura.
Les anima a que cuiden la experiencia cristiana de sus hijos, siguiendo las catequesis
que están recibiendo los niños., rezando con sus hijos las oraciones
fundamentales, y acompañándolos a misa los domingos. Y deben entender que la
catequesis continúa después de la primera comunión. Anima a los padres a
involucrarse en la vida de la parroquia. Y redescubrir la propia vida
cristiana.
A los catequistas: éstos deben ser conscientes de que están catequizando en un contexto
auténticamente misionero, porque muchos llegar sin haber sido iniciados en el despertar religioso, ni en la familia
ni en el colegio. Con frecuencia son ellos los primeros que les hablan de Dios
y de Jesucristo en su vida. Por tanto la catequesis deben centrase en los
contenidos esenciales del Kerigma, enseñar las principales oraciones del
cristiano y acompañarlos en la eucaristía dominical. Hay que hacer una
catequesis narrativa que los niños entiendan y deben mostrarse ante ellos como
testigos, transmitiendo su propia experiencia de Dios. Se ve la necesidad de
establecer una relación frecuente entre los profesores de religión.
A cáritas: les
exhortó a continuar a volcarse en el
sentido de compromiso. Cáritas no es una ONG adosada a la Iglesia, sino que es
una dimensión esencial de la vida de la Iglesia, junto con el anuncio de la
Palabra de Dios. Cáritas participa de la misión evangelizadora de la Iglesia,
es decir, que ellos deben también anunciar a Cristo a las personas que
atienden, porque no son simplemente empobrecidos de bienes materiales, sino
también empobrecidos de Dios. Debemos ofrecerles el tesoro de la fe. Deben
dejarse evangelizar en su trato con los más pobres, recibir la llamada a la
conversión personal que nos hacen los pobres. Por último les exhorta a no
dejarse abatir por la impotencia ante tantas necesidades que no podemos
socorrer con nuestros medios, sino que
deben vivir la ayuda que ofrecen como un signo del amor de Dios que se expresa
en la comunidad cristiana.
A los jóvenes:
les exhorta a que los grupos cuiden mucho su relación con el Señor, que recen
juntos, que se formen juntos para conocer el evangelio, para conocer a Jesús y
que vivan su amistad con Él en la oración y en los sacramentos. Que estimen al
grupo no solo por las cosas que hacen, sino para disfrutar del grupo, para
hacer comunidad y para vivir lo que es la Iglesia. Y que sean misioneros en sus
actividades y en sus ambientes.
Pastoral de la salud: el obispo resalta esta realidad
por la gran cantidad de personas mayores que existen en nuestra feligresía
tan dispersa. Las visitas a estas personas son expresión de la compañía de la Iglesia, para que no se
sientan solos y puedan experimentar el calor de la comunidad cristiana. La
Pastoral de la salud imita al Señor que
tanto tiempo dedicó a estar con los enfermos. En estas visitas llevamos a
Jesucristo con delicadeza y con respeto a las personas que los cuidan.
Consejo Económico: Nos recuerda que es obligación tener un Consejo Económico en la
parroquia para ayudar a administrar los bienes de la parroquia. Nos exhorta a
ser conscientes de que debemos sostener
a la Iglesia en sus necesidades materiales, tanto a través de la declaración de
la renta, como de las aportaciones directas a la parroquia. El párroco debe
presentar las cuentas a la diócesis todos los años. Nos habló de la obligación
de tener cuidado de los bienes de la parroquia, así como hacer un inventario de
todos esos bienes.
Asociación Cristo de San Miguel: teniendo presente la jornada del Papa Francisco sobre
cofradías y piedad popular, nos dice, que la asociación sea un grupo de
santidad, cuidando la formación espiritual, la oración personal y comunitaria
así como la liturgia. No deben conformarse con una vida cristiana mediocre,
sino que la pertenencia a la asociación debe ser un estímulo para amar más a Jesucristo. También exhorta a que cuiden su
pertenencia a la Iglesia y la integración en la parroquia, que manifiesten su
“eclesialidad”. También nos exhorta a la misión específica de evangelizar a
través de la piedad popular.
Invita a todos
a tomarse en serio la formación cristiana, el itinerario de formación de
adultos y el catecismo de la Iglesia Católica. Exhorta a mantener viva la vida
de piedad y oración. Y nos alienta a todos a la misión en la feligresía tan
extensa y dispersa como la de nuestra parroquia siguiendo una dinámica
sencilla, discreta. Debemos cuidar la atmosfera de la familia cristiana, que
debe caracterizar a la comunidad parroquial.
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